Nos enseñaron los filósofos que el hombre es sociable por
naturaleza. Pero en el mundo actual, con sus prisas y su exceso de información,
no siempre es fácil lograr una vida social aceptable.
Podríamos distinguir cuatro formas de relacionarnos con los
demás:
A) La coexistencia es vivir al lado de otros sin relaciones
personales. Es estar solo en medio de una multitud de gente, con los que no se
establece ninguna comunicación.
B) El individualismo o la tendencia a separarse de los demás.
Quizás por experiencias negativas en sus relaciones sociales, el hombre se mete
en "sus cosas" y se fabrica su propio mundo en una campana de
cristal. Ordinariamente le falta información de lo que pasa a su alrededor y no
se beneficia de los estímulos de los demás.
C) El conflicto con los demás, cuando las distintas formas de
pensar de los otros no se asimilan y son motivo de separación, lucha y
conflicto.
D) La convivencia o vivir con armonía con los otros se da cuando
se tiene vida en común y se comparten experiencias, vivencia y sentimientos. El
hombre trata de convivir en la familia, en el trabajo, con los amigos, con los
vecinos, etc.
Para mejorar la convivencia es aconsejable desarrollar las
actitudes de comprensión (ponernos en el lugar del otro), aceptación (acogerlos
como son, con sus virtudes y defectos) y tolerancia (aceptando que los otros
tengan planteamientos diferentes a los nuestros, es decir, aceptar a la persona
aunque no se compartan sus ideas).
Mantener la convivencia siempre supone esfuerzo y siempre
podemos aprender a mejorarla. Decía el filósofo Natorp que "el hombre sólo
se hace hombre mediante la comunidad humana".
La sociabilidad forma parte de la educación de los chicos.
Además de satisfacer la necesidad de comunicación, los niños abiertos tienen
una serie de ventajas en los estudios:
* Cuando se trabaja en equipo se aprende más porque se participa
de las respuestas y razonamientos de los otros. "El hombre no llega nunca
a la verdadera cultura personal sin haber cooperado a la cultura de los demás;
el hombre culto tiene siempre algo de formador". (Willmann).
* Se mejora la motivación ya que no se estudia por la presión de
los profesores o los padres, sino porque es una actividad normal del grupo de
amigos.
* En los debates o discusiones con los compañeros, se aprende a
fundamentar mejor los propios razonamientos y a ser más objetivo en los
juicios.
El aprender a convivir es una tarea diaria y contribuye en el
perfeccionamiento de la vida humana.
Arturo Ramo García
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